Al tomar posesión de la fábrica de textiles fundada en 1881 por su padre en la región de Piamonte, Nino Cerruti se lanzó a la confección de ropa para hombre. Definiéndose como "el más joven de los grandes clásicos", Cerruti abrió su primera tienda parisina en la rue Royale en el año 1967. En 1976, nació una nueva línea dedicada enteramente a la mujer, fiel al espíritu de elegancia suprema que constituía el sello distintivo de la vestimenta masculina. Tanto la imagen publicitaria como la fragancia misma encarnan la tradición de Cerruti que consiste en emplear las mejores materias primas. Es por esta razón por la que el perfumista ha optado por una nota "flor de lino", una exclusividad suya